¿El VIH es menos virulento hoy o más?

Los estudios en África y Europa sacan conclusiones diferentes

En diciembre de 2014, dos estudios que investigaban la virulencia comparada del VIH en África meridional y Europa, respectivamente, extrajeron dos conclusiones muy diferentes.

El primero, realizado en Botswana y Sudáfrica, sugirió que la adaptación del virus a ciertas variedades de genes resistentes al VIH, llamado antígeno leucocitario humano B (HLA-B), debilita eficazmente la capacidad del virus para replicarse, lo que retrasa la progresión de la enfermedad.

El segundo, que siguió a una cohorte de pacientes europeos durante varios años, analizó específicamente la carga viral promedio y el recuento de CD4 justo después de la fase aguda de la infección y concluyó que, en términos de progresión de la enfermedad solo, el VIH se ha vuelto mucho más virulento y rápido enfermedad progresiva.

¿Cómo es posible que los dos estudios hayan terminado con interpretaciones tan sorprendentemente diferentes? ¿Es simplemente el caso de un diseño de estudio cuestionable, o es posible que la variabilidad del virus de continente a continente -o incluso de país a país- haya llevado a los equipos de científicos en direcciones completamente opuestas?

Medición de la virulencia del VIH en Botswana y Sudáfrica

En el primer estudio, científicos de la Universidad de Oxford, encabezados por la investigadora principal Rebecca Payne, cuestionaron si la presencia de ciertos genes HLA-B-fuertemente asociados con una progresión de la enfermedad más lenta y un mejor control viral-podría haber inducido mutaciones en el VIH que podrían debilitar su "aptitud viral".

Investigaciones anteriores habían demostrado que ciertas poblaciones tenían un mayor porcentaje de individuos con esta rara mutación resistente al VIH, que oscilaba entre el 75% en Japón y el 20% en Sudáfrica. Al analizar la disparidad, los investigadores comenzaron a preguntarse si esto podría contribuir, en parte, a las grandes diferencias en la epidemia entre países de baja prevalencia como Japón y regiones hiper-prevalentes como el África subsahariana.

Dado que las tasas de VIH son todavía relativamente bajas en Japón, los investigadores centraron su investigación en una cohorte de pacientes en Botswana, un país en el que la epidemia alcanzó su pico en 2000, y la compararon con una cohorte coincidente en Sudáfrica, que solo alcanzó su pico en 2010.

La encuesta inicial reveló que la carga viral promedio entre los pacientes no tratados en Botswana, donde la enfermedad es "más vieja", era mucho más baja que la de Sudáfrica, donde la enfermedad es diez años "más joven" (15,350 copias / ml versus 29,350 copias / mL, respectivamente). Además, a pesar de tener un recuento de CD4 de 50 células / ml inferior al de Sudáfrica, los habitantes de Botswana con VIH tienden a vivir más tiempo, lo que sugiere un subtipo menos virulento.

Con esta evidencia en la mano, los investigadores observaron la estructura genética del VIH de los pacientes y descubrieron que un mayor número de Botswana tenían una mutación HLA-B "escape" (lo que significa que el virus se había adaptado a la presencia de la molécula HLA para escapar de la detección). Al hacerlo, los científicos creían que la "idoneidad" del virus podría haberse debilitado, lo que disminuyó su capacidad de replicación y su capacidad para dañar el sistema inmunitario del paciente.

En total, el 46% de la cohorte de Botswana tenía mutaciones clave de HLA-B en comparación con solo el 38% de los sudafricanos.

Los análisis de tubos de ensayo parecían respaldar la hipótesis, y el VIH de la muestra de Botswana se replicaba un 11% más lento que el de Sudáfrica.

Según datos estadísticos de clínicas prenatales, Payne y su equipo sugirieron que la virulencia del VIH también podría haber empeorado en Sudáfrica, con una carga viral promedio entre mujeres no tratadas que disminuyó de 13.550 en 2002-2005 a 5.750 en 2012- 2013.

Medición de la virulencia del VIH en la cohorte CASCADE europea

El estudio europeo adoptó un enfoque mucho más simple, en el mundo real, en el que se analizaron los datos de pacientes de la cohorte paneuropea CASCADE desde 1979 hasta 2002.

En su investigación, los investigadores de CASCADE se enfocaron en dos factores clave:

En su análisis retrospectivo, los investigadores encontraron que el recuento promedio de CD4 cayó de 770 células / ml en 1979 a 570 células / ml en 2002, mientras que el punto medio viral casi se triplicó de 11.200 en 1979 a 31.000 en 2002.

Aún más preocupante fue la velocidad con la que la enfermedad parecía avanzar, año tras año, en personas con VIH. Según la investigación, el tiempo promedio que tardó en descender el conteo de CD4 de un paciente por debajo de 350 -el estadio por el cual se recomienda la terapia antirretroviral- disminuyó de siete años en 1979 a solo 3,4 años en 2002.

Diferencias clave en la investigación

Ambas investigaciones tienen en última instancia sus limitaciones, con diseños de estudio que probablemente estimularán el debate entre científicos y legisladores por igual. Entre las diferencias clave:

En resumen, a pesar de las deficiencias en el estudio africano y las limitaciones de la investigación de CASCADE, ambas conclusiones podrían ser correctas. Se esperan más investigaciones de ambos equipos.

Fuentes:

Payne, R .; Muenchhoff, M .; Mann, J .; et al. "Impacto de la adaptación del VIH impulsada por HLA sobre la virulencia en poblaciones de alta seroprevalencia del VIH". PNAS. 16 de diciembre de 2014; 111 (50): E5393-5400.

Pantazis, N .; Porter, K .; Costagliola, D .; et al. "Tendencias temporales en los marcadores pronósticos de virulencia y transmisibilidad del VIH-1: un estudio observacional de cohortes". El Lancet VIH. Diciembre de 2014; 1 (3): e119-126.