Nefropatía: enfermedad renal y diabetes

Los riñones son órganos que filtran desechos y toxinas de la sangre y la mantienen equilibrada. La mayoría de las personas tiene dos riñones, pero algunas personas funcionan bien con solo uno. Son del tamaño de un puño y ocupan un espacio cerca de la mitad de la espalda debajo de la caja torácica. La sangre se procesa continuamente a través de los riñones para filtrar los desechos. Producen aproximadamente 2 cuartos de galón de desperdicio y agua.

Ese líquido es orina que se deposita en su vejiga. Cuando su vejiga está llena, orina, librándose de ella.

Diabetes y riñones

La diabetes es una enfermedad en la que la insulina no se produce (tipo 1) o la insulina producida por el páncreas ya no es efectiva (tipo 2). La glucosa ingresa a la corriente sanguínea a medida que se digiere la comida. La insulina es una hormona que permite que la glucosa salga de la sangre a medida que circula y entra en las células. Cuando la glucosa ingresa a las células, las alimenta, con la energía que necesitan para controlar el cuerpo. Si no hay insulina, o si no está funcionando como debería, la glucosa sigue circulando en la sangre, sin poder salir.

Complicaciones

Las complicaciones del exceso prolongado de glucosa en sangre pueden afectar a los vasos sanguíneos pequeños de todo el cuerpo, no solo los riñones, sino también los nervios y músculos, los ojos y el corazón. La neuropatía, la retinopatía y las enfermedades cardiovasculares son todas complicaciones que afectan estos órganos.

Un buen control de los niveles de glucosa en sangre ayuda a reducir o prevenir estas complicaciones. Controlar el nivel de azúcar en la sangre varias veces al día es una buena forma de lograr este tipo de control.

Daño en el riñón

Los riñones están formados por millones de pequeños filtros llamados nefrones.

Las nefronas tienen incluso vasos más pequeños dentro de ellas. Estos se destruyen con el tiempo cuando los niveles de glucosa son consistentemente demasiado altos. Esto afecta la capacidad de los riñones para filtrar la sangre. Los desechos que normalmente se excretan permanecen en la sangre y causan problemas graves. Por lo general, el daño tarda años en desarrollarse.

Alta presion sanguinea

La presión arterial alta puede ser una indicación de que la función renal se está deteriorando. Paradójicamente, la presión arterial alta también puede acelerar el daño renal. Los medicamentos para la presión arterial generalmente se recetan para mantener la presión arterial a un nivel aceptable y también para disminuir la progresión del daño. Por lo general, se usa una combinación de medicamentos para mantener la presión arterial normal. Los inhibidores de la ECA (enzima convertidora de la angiotensina) y los BRA (bloqueadores de los receptores de la angiotensina) son los fármacos que se prescriben con más frecuencia.

Creatinina

La creatinina es un producto de desecho que normalmente se filtra de la sangre y se excreta en la orina. Cuando los riñones comienzan a fallar, la creatinina se acumula en la sangre. Los médicos observan cuidadosamente los niveles de creatinina para determinar la función de los riñones.

Un nivel normal es generalmente entre 0.6 y 1.2 mg / dl. Esto varía levemente. A medida que el número aumenta por encima de 1.2, muestra que la función renal está disminuyendo. Los niveles de creatinina se obtienen mediante un simple análisis de sangre.

BOLLO

BUN (nitrógeno ureico en sangre) es otro marcador de la función renal que los médicos observan. Cuando la sangre fluye a través del cuerpo, la proteína circula a las células. Las células usan la proteína y tiran la basura que no necesitan. Este desecho se llama urea. Normalmente, la urea es filtrada de la sangre por los riñones. La urea también contiene nitrógeno. Si los riñones no funcionan como deberían, la urea y el nitrógeno permanecen en la sangre.

Un BUN de más de 20 mg / dl es un indicador de la función renal disminuida.

Insuficiencia renal

La insuficiencia renal es la última etapa de la enfermedad renal. Cuando los riñones pueden funcionar por más tiempo, no se pueden eliminar toxinas o productos de desecho del cuerpo. Todos esos productos de desecho continúan circulando en la sangre, lo que hace que se vuelva extremadamente tóxico. Cuando los riñones de alguien han fallado, se conoce como enfermedad renal en etapa terminal (ESRD). Nadie puede vivir mucho tiempo con ESRD sin intervención. Se necesita diálisis o un trasplante.

Diálisis

La hemodiálisis se realiza en un centro de diálisis 3 veces por semana por personal calificado. El proceso toma 3-4 horas y en el transcurso de ese tiempo, la sangre de un paciente se envía a través de una máquina que lo filtra y lo devuelve. Una derivación permanente se implanta quirúrgicamente en una vena para el acceso.

La diálisis peritoneal se puede realizar en casa por el paciente. Requiere un alto nivel de compromiso porque debe hacerse todos los días. Ambos tipos de diálisis ayudan a prolongar la vida.

Trasplante

A veces, un riñón donado se puede trasplantar al cuerpo. El riñón nuevo se haría cargo de la función renal de los dos riñones que no funcionan. El riñón trasplantado debe coincidir lo más posible con el tipo de tejido de la persona que recibe el riñón. Después del trasplante, los medicamentos inmunosupresores deben tomarse de por vida para evitar el rechazo del órgano.

Reducir el riesgo

Debido a que la enfermedad renal puede demorar años en desarrollarse, las personas con diabetes pueden hacer muchas cosas para reducir el riesgo. El control estricto de los niveles de glucosa en sangre puede prevenir o reducir el daño a largo plazo a los vasos sanguíneos frágiles, no solo en los riñones sino también en otras partes del cuerpo. Controle la presión arterial con frecuencia y trate de mantenerla en 130/85 o por debajo de esta. Tome una ACE o ARB si su médico se lo receta. Mire su colesterol y su peso. Dejar de fumar. Todas estas cosas pueden ayudar a mantener los riñones funcionando bien el mayor tiempo posible.