La mayoría de los bultos no son cáncer de mama
Sus senos tendrán cambios normales y saludables durante su vida. ¿Pero cómo saber si es inofensivo o maligno? Afortunadamente, la mayoría de las personas tiene afecciones benignas (no cancerosas) en algún momento de su vida. Las mujeres experimentarán cambios en los senos relacionados con la menstruación a medida que pasan cada mes: hinchazón, sensibilidad, descarga del pezón y quizás dolor transitorio.
Hacer su autoexamen mensual de los senos lo ayudará a familiarizarse con la textura normal de sus senos y lo alertará cuando algo cambie.
A continuación, se incluyen varias afecciones que no son cáncer de mama , pero que pueden sentirse o verse durante un examen regular de los senos:
Dolor en los senos
- Mastalgia (dolor de seno cíclico y no cíclico)
Bultos benignos de la mama
- Quistes de seno (sacos llenos de líquido)
- Fibroadenomas (tejido mamario fibroso y glandular)
- Necrosis grasa (grasa muerta como resultado de un trauma en el pecho)
- Hematomas de mama (hinchazón llena de sangre)
- Adenosis (lóbulos mamarios agrandados)
- Hiperplasia ductal (células ductales de crecimiento rápido)
Cambio en la textura del pecho
- Cambios fibroquísticos en la mama (fluctuaciones hormonales cíclicas)
Infecciones mamarias e inflamaciones
- Mastitis (infección mamaria benigna: puede ocurrir como resultado de la lactancia)
- Abscesos subaerolares crónicos (infección cerca del pezón)
Tejido de mamas duros, traumatismo o silicona
- Pseudolumps (tejido cicatrizal, hematomas, trozos de silicona)
Cambios en el pezón
- Descarga benigna del pezón (pérdida de líquido del pezón)
- Cambios en la forma del pezón (tirando, inclinando hacia un lado)
- Conducto mamario Ectasia (conductos de leche hinchados u obstruidos)
- Papilomas intraductales (pequeño crecimiento verrugoso que perfora el conducto)
Si tiene problemas para identificar un bulto en particular u otra afección de los senos, siempre solicite a su médico o enfermera que realice un examen clínico de los senos para asegurarse.
Si tiene alguna duda sobre la naturaleza de la afección, una mamografía o una ecografía pueden ayudar a hacer un diagnóstico más claro. Y si aún queda duda, se puede realizar una biopsia con aguja , o se puede tomar una muestra de la secreción del pezón, y las pruebas revelarán el problema real.