Aprenda sobre la enfermedad orgánica

Enfermedad caracterizada por cambios fisiológicos mensurables

La enfermedad orgánica es el término utilizado para describir cualquier condición de salud en la que exista un proceso de enfermedad observable y medible, como inflamación o daño tisular. Una enfermedad orgánica es aquella que se puede validar y cuantificar a través de medidas biológicas estandarizadas conocidas como biomarcadores .

A diferencia de un trastorno no orgánico (funcional), una enfermedad orgánica es aquella en la que hay cambios físicos o bioquímicos detectables dentro de las células, tejidos u órganos del cuerpo.

Una enfermedad no orgánica, por el contrario, es aquella que se manifiesta con síntomas pero cuyo proceso de enfermedad es desconocido o no se puede medir con los medios científicos actuales.

Ejemplos de enfermedades orgánicas

El término enfermedad orgánica es una clasificación global para muchos tipos diferentes de enfermedades. Pueden ser localizados (lo que significa que afectan a una parte específica del cuerpo) o sistémicos (que afectan a múltiples sistemas de órganos). Pueden ser heredados o causados ​​por fuerzas externas o ambientales. Algunas enfermedades orgánicas son transmisibles, pasan de una persona a otra, mientras que otras son no transmisibles.

Algunas de las categorías más amplias y tipos de enfermedades orgánicas incluyen:

Ejemplos de trastornos funcionales

Una enfermedad no orgánica generalmente se conoce como funcional, lo que significa que hay síntomas de enfermedad pero no hay medidas claras para hacer un diagnóstico. En el pasado, los trastornos funcionales se consideraban en gran medida psicosomáticos . Hoy en día, reconocemos que muchas de estas condiciones tienen características distintivas que las definen independientemente del estado emocional de una persona.

El prurito (picazón) es uno de esos ejemplos de un síntoma funcional. Por sí solo, no está asociado a un cambio físico o bioquímico, pero sigue siendo una sensación muy real y tangible. Lo mismo se aplica a la fatiga, los dolores de cabeza crónicos o el insomnio. La ausencia de biomarcadores medibles no significa que no existan; simplemente nos dice que las causas son desconocidas ( idiopáticas ).

En años pasados, enfermedades como la epilepsia, la migraña y el Alzheimer alguna vez se consideraron trastornos funcionales. Hoy, ese ya no es el caso. En cambio, muchos trastornos funcionales se clasifican actualmente por su perfil sintomático. Ejemplos incluyen:

Funcional contra síntomas psicosomáticos

Las enfermedades psiquiátricas también se consideran en gran medida funcionales ya que no podemos identificar fácilmente su causa subyacente. Estos incluyen depresión clínica, trastorno bipolar, esquizofrenia, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y síndrome de estrés postraumático (TEPT).

Sin embargo, una enfermedad psiquiátrica no es lo mismo que una psicosomática. Los síntomas psicosomáticos son aquellos que se creen derivados del estrés y las tensiones de la vida cotidiana. Son impulsados ​​por el estado mental o emocional de una persona y a menudo se manifiestan con síntomas de dolor de espalda, dolor de cabeza, fatiga, presión arterial alta, indigestión, dificultad para respirar, mareos e impotencia.

Los síntomas funcionales difieren de los psicosomáticos en que la eliminación del estrés emocional puede disminuir la gravedad de los síntomas, pero no borrarlos por completo.

> Fuentes:

> Grover, M .; Herfarth, H .; y Drossman, D. "La Dicotomía Funcional-Orgánica: Síndrome de Intestino Irritable Posinfeccioso y Enfermedad Inflamatoria Intestinal-Síndrome del Intestino Irritable". Clin Gastro Hepato. 2008: 7 (1): 48-53. DOI: 10.1016 / j.cgh.2008.08.032.

> Wise, T. "Actualización sobre consultas-psiquiatría de enlace (medicina psicosomática)". Curr Opin Psiquiatría. 2008; 21 (2): 96-200. DOI: 10.1097 / YcO.0bo132328f3393ae.