¿Qué es la hormona prolactina?

La prolactina es una hormona secretada por la glándula pituitaria, una pequeña estructura en el cerebro que secreta otras hormonas. La función principal de la prolactina es mejorar el desarrollo de los senos e iniciar la lactancia (amamantamiento). Los niveles de prolactina normalmente son elevados en mujeres embarazadas y lactantes.

Si tiene periodos menstruales irregulares, infertilidad o filtración de leche materna (especialmente si no está amamantando a un bebé), su médico puede ordenar un análisis de sangre para ver si sus niveles de prolactina son elevados.

Síntomas

Los síntomas de hiperprolactinemia (o niveles altos de prolactina) pueden ser inexistentes, o las mujeres pueden notar lo siguiente:

Causas de altos niveles de prolactina

La hiperprolactinemia o los niveles altos de prolactina pueden ser causados ​​por numerosos factores como:

¿Cómo se mide la prolactina?

La prolactina se puede medir fácilmente a través de un análisis de sangre de rutina.

Debido a que varios factores pueden afectar los valores sanguíneos, las mujeres deben evitar la estimulación mamaria y las relaciones sexuales la noche antes del examen.

¿Qué significan los niveles altos de prolactina?

Si la prueba de sangre vuelve a elevarse, es posible que el médico desee repetir la prueba, esta vez después de ayunar durante al menos 8 horas. Se puede ordenar una resonancia magnética (MRI) para buscar evidencia de crecimiento de la pituitaria o daño a los tejidos circundantes.

Se pueden realizar análisis de sangre para evaluar la producción de otras hormonas hipofisarias y pueden ser útiles para descartar otras afecciones que causen síntomas similares.

El tratamiento para niveles altos de prolactina es devolver los niveles a rangos normales. Esto generalmente se puede hacer con medicamentos como los agonistas de la dopamina, o en condiciones más graves, cirugía para reducir o eliminar el tumor. En el futuro, una vez que los niveles de prolactina estén en rangos normales, su médico puede recomendarle que se someta a un control regular de los niveles de prolactina haciendo análisis de sangre. Ocasionalmente, también se puede necesitar una MRI para verificar el tamaño del tumor y buscar el crecimiento.