Lobotomía frontal y ética médica

La historia de este controvertido tipo de psicocirugía

El término psicocirugía describe una intervención quirúrgica para cambiar el estado de ánimo, los pensamientos o el comportamiento de otra persona. El procedimiento más famoso (o infame) es la lobotomía frontal. Concebida en 1935, una lobotomía implica cortar conexiones importantes entre la corteza prefrontal y el resto del cerebro.

Las lobotomías fueron parte de una ola de nuevos tratamientos para enfermedades neurológicas a principios del siglo XX, incluida la terapia electroconvulsiva (terapia de choque).

Si bien el tratamiento fue severo, en general se consideró que no era más que otras terapias disponibles en ese momento. La lobotomía fue un procedimiento convencional durante dos décadas antes de que se volviera controvertido. Aunque ahora es raro, hay algunas situaciones en las que otras formas de psicocirugía todavía se hacen hoy en día.

El creador de la cirugía

El Premio Nobel de Fisiología o Medicina de 1949 fue para el neurólogo Antonio Egas Moniz de Portugal por la creación del controvertido procedimiento. Mientras que otros antes del Dr. Moniz habían intentado tales procedimientos quirúrgicos, su éxito fue limitado y no fue bien recibido por la comunidad médica.

Cómo funciona

La teoría científica detrás de las lobotomías, según lo descrito por el Dr. Moniz, concuerda hoy con la neurociencia. La idea era que había un circuito fijo formado por células nerviosas en el cerebro de algunas personas, y esta era la causa de los síntomas.

Este enfoque en los circuitos neuronales y la conectividad, más que en una sola parte del cerebro, sigue siendo relevante para la neurociencia del siglo XXI.

No está claro por qué el Dr. Moniz se centró en los lóbulos frontales, pero había alguna evidencia en ese momento de que los lóbulos frontales podían ser extirpados sin déficits obvios, y algunas personas han señalado que se había realizado un procedimiento similar en monos, con efectos calmantes .

Durante el siglo pasado, la ciencia ha demostrado cada vez más que los lóbulos frontales tienen un rol en la modulación del pensamiento y el comportamiento.

El procedimiento original, también conocido como leucotomía, involucró la inyección de alcohol en parte de los lóbulos frontales para destruir el tejido después de perforar un agujero a través del cráneo. Una versión posterior del procedimiento cortó el tejido cerebral con un lazo de alambre. En el primer estudio del procedimiento, 20 pacientes con diagnósticos tan diversos como depresión, esquizofrenia, trastorno de pánico, manía y catatonia fueron sometidos a lobotomía. Los informes iniciales del procedimiento fueron buenos: alrededor del 70 por ciento de los pacientes que fueron tratados con lobotomía mejoraron. No hubo muertes.

Las lobotomías comienzan en los Estados Unidos

En los Estados Unidos, las lobotomías frontales aumentaron en popularidad debido a los esfuerzos del neurólogo Walter Freeman y el neurocirujano James Watts. La primera lobotomía en Estados Unidos fue realizada por Freeman y Watts en 1936. El procedimiento inicial tuvo que ser realizado por neurocirujanos en una sala de operaciones, pero el Dr. Freeman pensó que esto limitaría el acceso al procedimiento para aquellos en instituciones mentales que potencialmente podrían beneficiarse de una lobotomía. Él concibió un nuevo procedimiento que podría ser hecho por médicos en esas instituciones sin una sala de operaciones.

Poco después, el Dr. Watts dejó de trabajar con el Dr. Freeman como protesta por la simplificación del procedimiento.

La lobotomía "transorbital", diseñada por el Dr. Freeman, involucró levantar el párpado superior y apuntar una herramienta quirúrgica delgada llamada leucotomo contra la parte superior de la cuenca del ojo. Luego se utilizó un mazo para conducir el instrumento a través del hueso y cinco centímetros dentro del cerebro. En la versión básica de la lobotomía, el instrumento se pivotaba para cortar hacia el hemisferio opuesto, volvía a la posición neutral y empujaba dos centímetros más hacia delante, donde se volvía a pivotar para cortar aún más el tejido cerebral.

El procedimiento se repitió en el otro lado de la cabeza.

Efectos secundarios indeseables e imprevistos

Se realizaron más de 40,000 lobotomías en los Estados Unidos. Las supuestas razones incluyeron ansiedad crónica, trastornos obsesivo-compulsivos y esquizofrenia. La literatura científica en el momento parece sugerir que el procedimiento fue relativamente seguro, con bajas tasas de mortalidad. Pero hubo numerosos efectos secundarios no letales, incluida la apatía y un embotamiento de la personalidad.

Un controvertido procedimiento médico

Incluso en la década de 1940, las lobotomías frontales fueron objeto de una creciente controversia. Muchos pensaron que alterar irreversiblemente la personalidad de otra persona sobrepasar los límites de una buena práctica médica y faltarle el respeto a la autonomía e individualidad de esa persona. En 1950, la Unión Soviética prohibió la práctica, diciendo que era "contraria a los principios de la humanidad".

En los Estados Unidos, las lobotomías se presentaron en muchas obras populares de la literatura, incluyendo Suddenly, Last Summer de Tennessee Williams y One Flew Over the Cuckoo's Nest de Ken Kesey. El procedimiento se convirtió cada vez más en una especie de abuso médico deshumanizante y una extralimitación de la arrogancia médica. En 1977, un comité especial del Congreso de los EE. UU. Investigó si la psicocirugía, como la lobotomía, se usaba para restringir los derechos individuales. La conclusión fue que la psicocirugía correctamente realizada podría tener efectos positivos, pero solo en situaciones extremadamente limitadas. En ese punto, la pregunta era en gran parte discutible, ya que el procedimiento había sido reemplazado por el aumento de los medicamentos psiquiátricos.

Línea de fondo

La tormentosa historia de la lobotomía sirve para recordarles a los médicos y pacientes modernos los dilemas éticos que son exclusivos de la medicina, y particularmente de la neurología. En su mayor parte, las personas que realizaron lobotomías podrían justificar sus acciones por ser lo mejor para el paciente. Estaban motivados por una benevolencia que, según los estándares actuales, puede parecer equivocada y fuera de lugar. ¿Cuál de las prácticas médicas de hoy algún día recordaremos y estremeceremos ?