Hormona de crecimiento humano (HGH) y envejecimiento

¿Es la HGH un suplemento efectivo contra el envejecimiento?

La hormona del crecimiento humano (HGH) es una hormona que su cuerpo produce en la glándula pituitaria y muchos afirman que tiene propiedades antienvejecimiento. A menudo se comercializa como una hormona antienvejecimiento para adultos. En los niños, es importante para el crecimiento normal. En adultos, HGH ayuda a regular y mantener sus tejidos y órganos. Los niños a veces reciben inyecciones de HGH porque la falta de la hormona en su cuerpo está afectando su tasa de crecimiento.

HGH y envejecimiento

Al igual que muchas hormonas , los niveles de HGH disminuyen a medida que una persona envejece. Esta es una parte normal del envejecimiento. HGH se está convirtiendo en un popular suplemento antienvejecimiento. Debido a que la hormona solo está disponible en forma de inyección (otras formas de HGH no se han probado como efectivas), debe ser administrada por un médico. El costo por un año de inyecciones de HGH puede ser más de $ 15,000. La parte más triste es que ha habido poca investigación sobre la hormona y el envejecimiento: un estudio muestra que los niveles más bajos de HGH se correlacionan con el aumento de la longevidad en comparación con las personas con niveles altos.

Beneficios y Costos

Si bien la hormona de crecimiento humana no es la fuente de juventud que la gente afirma, la administración de suplementos de HG tiene algunos beneficios. Por supuesto, cualquier persona cuyo cuerpo carece de la capacidad de producir la hormona se beneficiaría de este tratamiento médico. HGH también aumenta la masa muscular (pero no la fuerza). Algunas personas afirman tener más energía y sentirse mejor con la administración de suplementos de HGH, pero no se han realizado estudios para descartar el efecto placebo (que es probable que sea fuerte si una persona está pagando $ 15,000 por tratamientos).

¿Por qué todo el zumbido?

En 1990, apareció un artículo en el New England Journal of Medicine de Rudman que mostraba que la HGH mejoraba el tono muscular y la composición corporal de 12 hombres mayores. Esa pequeña investigación condujo a un auge inesperado en charlatanes y médicos "antienvejecimiento" que vendían "Curas para el Envejecimiento" basadas en HGH. Hoy en día, existen fórmulas orales de HGH, inyecciones e incluso versiones inhaladas de la hormona del crecimiento humano.

Otros estudios desde 1990 dieron resultados mixtos. La única conclusión firme es que ir al gimnasio puede proporcionar más beneficios que HGH (si hay algún beneficio de HGH) con mucho menos costo y riesgo.

Efectos secundarios

Los efectos secundarios de HGH son serios. Incluyen diabetes, hinchazón, presión arterial alta e incluso insuficiencia cardíaca. La inflamación también puede ocurrir, causando dolor en las articulaciones y el síndrome del túnel carpiano. También existe un mayor riesgo de cáncer en niños que usan suplementos de HGH y un posible mayor riesgo de cáncer en adultos (aunque no se han realizado estudios a largo plazo para demostrar o refutar el riesgo de cáncer de HGH).

Línea de fondo

Por el momento, no hay pruebas suficientes para recomendar HGH como un suplemento antienvejecimiento. Estos riesgos, peligros y costos son demasiado grandes para que alguien experimente con la hormona de crecimiento humana. Si habla con un médico que recomienda HGH para combatir el envejecimiento, busque otro médico. Por supuesto, HGH tiene otras indicaciones médicas válidas, como los problemas de la pituitaria en los niños.

Fuentes:

Instituto Nacional sobre el Envejecimiento. Institutos Nacionales de Salud. Píldoras, parches y vacunas: ¿pueden las hormonas prevenir el envejecimiento?

Instituto Nacional sobre el Envejecimiento: Institutos Nacionales de Salud. "¿Podemos prevenir el envejecimiento?" 2/2012, actualizado el 10/23/15.

Rudman D, Feller AG, Nagraj HS, y col. Efectos de la hormona del crecimiento humano en hombres mayores de 60 años. N Engl J Med 1990; 323: 1-6.

Vance, ML. ¿La hormona del crecimiento puede prevenir el envejecimiento? New England Journal of Medicine. Volumen 348: 779-780. 27 de febrero de 2003.