Causas y factores de riesgo de la fiebre amarilla

La fiebre amarilla es causada por Flavivirus. La gente generalmente entra en contacto con este virus a través de las picaduras de mosquitos, y es más común en África, América Central y América del Sur. Sin embargo, los brotes pueden ocurrir en cualquier parte del mundo. Son especialmente probables en áreas con una gran población de mosquitos.

Sin embargo, no todos los que son mordidos por un mosquito infectado se enfermarán.

Solo algunos grupos de personas son más propensos a contraer una forma grave de la enfermedad.

Causas comunes

Si bien las picaduras de mosquitos son la causa más común de fiebre amarilla, no son la única causa. También es posible contraer la fiebre amarilla si es mordido por un primate o humano infectado. Por supuesto, es menos probable que las personas y los primates muerdan que el mosquito, por lo que un animal infectado no representa una amenaza tan grande.

Otros animales e insectos mordedores no son una amenaza porque solo los humanos, los primates y los mosquitos son huéspedes conocidos del virus.

Además, no todos los mosquitos portan el virus de la fiebre amarilla; solo se sabe que algunas especies de mosquitos lo portan. Además, esos mosquitos solo representan una amenaza si previamente han mordido a una persona o animal infectado. Después de que el virus entra en el torrente sanguíneo del insecto, termina en sus glándulas salivales. Cuando los mosquitos nos pican, su saliva lo lleva a nuestra sangre.

Propagación de la enfermedad

La fiebre amarilla no se transmite directamente de una persona a otra, ni siquiera a través del contacto cercano; se necesita algún tipo de mordisco para llevar el virus directamente al torrente sanguíneo.

Por lo general, los brotes en las áreas urbanas comienzan con alguien que ha visitado una jungla en África, América Central o América del Sur.

En esas regiones, la fiebre amarilla es endémica en 47 países, donde se cree que la población de monos está ampliamente infectada. El África subsahariana es el hogar de alrededor del 90 por ciento de los casos reportados cada año.

Debido a que una persona infectada no comienza a tener síntomas durante unos días, a menudo no saben que están enfermos cuando viajan a casa. Luego pueden propagar el virus a los mosquitos no infectados comenzando un poco antes de que llegue la fiebre y durante aproximadamente tres a cinco días después. Esto puede conducir a brotes. Es posible que los brotes generen epidemias.

Sin embargo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se deben cumplir ciertas condiciones para que ocurra un brote. La región en la que se encuentra la persona infectada debe tener:

La OMS estima que, en todo el mundo, vemos alrededor de 200,000 casos reportados de fiebre amarilla cada año. Alrededor de 30,000 personas mueren anualmente.

Esos son solo los casos reportados, sin embargo. No podemos decir cuántas personas contraen casos leves porque, en general, son los graves los que se informan.

Un estudio publicado en 2014 estimó que entre uno y 70 personas son levemente infectadas por cada caso grave informado.

Genética

Ciertas personas pueden ser más propensas a morir de fiebre amarilla que otras en función de su genética.

Un estudio de 2014 publicado en la revista mBio informa que durante los brotes del siglo XIX en los Estados Unidos, la muerte fue casi siete veces más probable en los caucásicos (personas blancas) que en los no caucásicos. Especulaban que la diferencia se debía a diferencias genéticas en ciertos aspectos del sistema inmune.

Factores de riesgo de estilo de vida

El mayor factor de riesgo para la fiebre amarilla es vivir o viajar a regiones donde la fiebre amarilla es común.

Sin embargo, ese riesgo se puede reducir enormemente al vacunarse. Algunos países donde la enfermedad es endémica no permitirán que las personas ingresen sin una prueba de que se han vacunado.

Los bebés y las personas mayores de 50 años tienen más probabilidades de desarrollar casos graves y morir de fiebre amarilla.

Sin embargo, la prevención adecuada reduce en gran medida el riesgo de contraer la enfermedad. Para aquellos que se infectan y tienen síntomas severos, la atención médica inmediata es crucial.

> Fuentes:

> Blake LE, García-Blanco MA. La variación genética humana y la mortalidad por fiebre amarilla durante las epidemias de EE. UU. Del siglo XIX. mBio. 2014 3 de junio; 5 (3): e01253-14. doi: 10.1128 / mBio.01253-14.

> Johansson MA, Vasconcelos PF, Staples JE. El iceberg completo: estima la incidencia de la infección por el virus de la fiebre amarilla a partir del número de casos graves. Transacciones de la Royal Society of Tropical Medicine and Hygiene. 2014 agosto; 108 (8): 482-7. doi: 10.1093 / trstmh / tru092.

> Organización Mundial de la Salud. Fiebre amarilla: hoja informativa de marzo de 2018.